Jaén Paraíso Interior FS 1-2 Movistar Inter FS
El choqué comenzó por todo lo alto. Ricardinho dejó ver su potencial a los treinta segundos de juego haciendo el primero del choque en un mano a mano con Dídac pero Jaén estaba bien plantado en la pista y no tardaría en responder. Boyis fue el que progresó bien por la derecha, consiguió poner un buen balón al segundo palo, sorprendiendo a Herrero. Uno de los hierros internos de la portería haría que ese balón saliese escupido de la portería, sembrando la duda al colegiado que finalmente lo dio por válido.
Tras esos tres primeros minutos de frenesí el encuentro se volvió algo más posicional y el juego se afeó un poco. Las ocasiones fueron apareciendo de forma esporádica e igualadas para ambos equipos. Tanto Jesús Herrero cómo Dídac Plana estuvieron acertadísimos en sus intervenciones pero lo cierto es que el las más claras fueron para Jaén.
Los minutos pasaron sin que ninguno de los contendientes fuese capaz de doblegar a su adversario y la intensidad del juego seguía incrementándose. Movistar Inter optaría por un ataque contínuo apoyándose en el pívot, obligando a nuestros jugadores a recular muy seguidamente jugada tras jugada. A pesar del dominio madrileño sobre el balón, Dídac conseguía encontrar a Solano y Mauricinho, provocando la inseguridad en la defensa rival.
Tras la salida de vestuarios, un mensaje claro para nuestros jugadores: aumentar la presión en pista de Movistar Inter. En los primeros compases de esta primera parte la orden surtió efecto, realizando los nuestros posesiones largas que no permitían el avance de los azules.
El minutero avanzaba y las ocasiones se iban acumulando a nuestro favor. Mauricinho lograría revolverse sobre sí mismo y su tiro lo desviaría Herrero, alzando los ánimos de la numerosa marea amarilla. Movistar Inter reaccionó optando por una salida más profunda y con la que consiguieron llegar a tener más contacto con Dídac. El meta catalán seguía aumentando los ánimos de sus compañeros y siempre era el encargado de iniciar el ataque con un saque en largo.
Solo los pequeños detalles parecía capaces de resolver dicha igualdad conmovedora y así fue. Taffy se marchó de su par por la izquierda y la pegó a la cepa del poste para anotar. Quedaba tiempo para la manchada y lo iba a intentar con todo Jaén. El portero-jugador salió a las mil maravillas pero la fortuna y el acierto final parecían esquivos con unos jienenses que estaban mereciendo más. Volaron los minutos y los segundos en el luminoso y Jaén tuvo un agónico final sin que ese tanto acabase llegando.
Tal vez nuestro muchachos no consiguieron el pase a la final pero el “Campeones, Campeones” de la afición dejó claro que el orgullo no podía ser mayor.