Los penaltis proclaman vencedor al Pozo

ElPozo Murcia 3 (5) – 3 (4) Jaén Paraíso Interior FS

Solo los penaltis fueron capaces de decidir un increíble duelo entre dos equipos que demostraron el enorme nivel que atesora. La igualdad fue la reina de un choque de altos vuelos envuelto en calor y humedad.

Apenas dieron un respiro los murcianos que por mediación de Matteus se adelantaron, usando una jugada a balón parado, cuando en el luminoso casi ni habían transcurrido unos segundos. Fue un espejismo ese tanto tempranero ya que el partido no tardó en caer en el fango táctico propio de dos equipos de tanto nivel. Poco tuvo de amistoso el choque a juzgar por la intensidad que derrocharon los dos conjuntos sobre el parquet.

Tan equilibrada estaba la balanza que los nuestros usaron el mismo método que sus rivales para lograr la igualada: la estrategia. Inapelable la volea de Giasson en un saque de esquina que se convirtió en el uno a uno. Le duró poco la alegría a Jaén ya que en el siguiente minuto Elías montó un contragolpe por la derecha que acabó empujando Matteus a placer.

El ritmo era alto pero las ocasiones se volvieron esporádicas. La grada se divertía a pesar del calor y no era para menos. Pudieron ver, entre otras muchas cosas, cómo Jaén volvía a empatar el partido en una excepcional jugada colectiva que consiguió dejar a Burrito solo frente al portero. No falló el malagueño y consiguió batir a Fabio para hacer el dos a dos. Montes la tuvo para hacer el tercero con un obús tras saque de banda que susurró al oído del larguero antes de marcharse.

Se volvería a mover el marcador antes del descaso, ya que justo al filo de la primera parte, los colegiados señalaron una falta muy liviana a favor de los rojillos y estos no la desaprovecharon. No pareció que los equipos hubiese pasado por vestuarios ya que la intensidad no disminuyó ni lo más mínimo y eso favoreció a Jaén. A los pocos segundos de juego Carlitos mandó a la mismísima escuadra una estética volea en un saque de esquina volviendo a empatar el partido.

Tras el gol se siguió la tónica de la primera mitad: dos equipos enfrascados en el cuerpo a cuerpo e imponiéndose mutuamente un altísimo ritmo. Nuestro equipo lo intentó al contragolpe en los últimos suspiros pero aguantó bien la zaga de un Pozo que creció en posesión.

Nadie fue capaz de mover el marcador y el partido acabo yéndose a una larga tanda de penaltis en la que acabaron ganando los rojillos gracias a la intuición que tuvo Fede a la hora de adivinar el lanzamiento de Víctor Montes.